ME CAYÓ EL CHAHUISTLE.

Estoy en auditoría fiscal. ¿Qué hago?

Con la pandemia, los ingresos públicos han disminuido no así los gastos; para compensarlo, las autoridades fiscales emprenderán auditorías para revisar el cumplimiento de las obligaciones fiscales; su propósito será verificar que los contribuyentes hayan cumplido con sus obligaciones; en caso de no haber sido así, aplicar las sanciones correspondientes o bien, cuantificar los impuestos no pagados para que se cubran más recargos y actualización.

Las revisiones tienen que ver con el cumplimiento de obligaciones fiscales por lo que se da por entendido que el personal idóneo para su atención es el contador; sin embargo, de acuerdo con mi experiencia, no necesariamente es así, aquí las razones:

  • Especialización del equipo contable. 

De acuerdo con las necesidades del negocio es el nivel de contador que se requiere; a veces basta con un auxiliar, pero en general se requiere de un verdadero especialista; es desafortunado ver contribuyentes que facturan cantidades importantes de miles de pesos con contadores que les cuestan quinientos pesos; lo que en realidad pagan es riesgo, pues habrá desorden contable, ingresos no conciliados, falta de presentación oportuna de declaraciones  y aplicación de gastos indebidos (deducciones improcedentes) para no pagar impuestos.

Si su contador no le genera pagos de impuestos; no significa, per se que esté haciendo bien su trabajo; debería de estar inquieto, pues es más probable que le esté generando riesgos innecesarios; luego, es claro que un contador con poca experiencia no podrá sacarlo bien librado ante todo lo que implica una auditoría fiscal.

  • ¿Escucha a su Contador?

Una vez que se ha hecho de un buen contador es fundamental que escuche sus recomendaciones; sé que la operación puede ser de tal intensidad que a veces no hay tiempo para planear y mucho menos para tomar decisiones basadas en elementos sólidos.

Los contadores se estén actualizado de manera constante; sin embargo, hay que generar más reuniones con los dueños o la junta directiva para establecer mejores acciones o evaluar las establecidas para asegurarse de que son correctas y que se están obteniendo los mayores beneficios de la ley.

Hay que verificar que los procesos, previos al tratamiento fiscal, sean adecuados; los controles internos de las actividades administrativas no solo pueden poner en riesgo el registro contable sino hacer que se pierda dinero; por ejemplo, al no transferir el dinero a tiempo de forma tal que se acumule un ingreso mayor al que debería y por ende, se genere un pago superior de impuestos al que debería.

Por tanto, si usted no escucha a su contador, es más probable que al atender la auditoría, su contador sea quien, de manera tácita, reconozca que la autoridad tiene razón en las observaciones que haga, pues usted no hizo caso a sus recomendaciones. 

  • La auditoría es un procedimiento legal no contable.

Las auditorías deben someterse a requisitos, etapas, plazos, formalidades y regulaciones legales; lo que en derecho se conoce como requisitos del procedimiento, lo que hace que el especialista para verificar que las mismas se cumplan debidamente es el perito en derecho no el contador.

No se ve así porque lo que se revisa es la contabilidad; se pierde de vista que lo que se revisará es el trabajo que hizo el contador y lo que debe de cuidarse (durante la auditoría) es que el procedimiento de revisión se lleve debidamente sobre lo que se revisa.

En otras palabras; la auditoría, es el vehículo y la contabilidad, el pasajero; por ende, creo que usted no dejaría que se hiciera cargo de cuidar el vehículo su hijo, quien será trasladado todos los días al colegio; esa tarea, de cuidar el vehículo, se lo deja al experto, al mecánico, no al chofer, menos al pasajero; si hace lo contrario, por ahorrarse un dinero, pone en riesgo la vida de su hijo, de su negocio.

  • La auditoría debe trabajarse en equipo.

Como abogado, experto en derecho fiscal, cuidaré el procedimiento de auditoría, pero al mismo tiempo requiero saber cual es el estado de salud del pasajero; para ello, necesito del apoyo del especialista -ahora sí- aquí el contador hace su aparición estelar.

Es importante saber las dolencias y “pecados” que haya en la contabilidad, lo relativo a la manera en que se cuenta con elementos que le den soporte, la famosa materialidad, lo relativo a los pagos de retenciones, saldos a favor y todo lo que al final vincule el aspecto financiero de la empresa.

El trabajo en equipo es fundamental; pues si bien, es un derecho fundamental de los pagadores de impuestos la auto corrección, el no hacerlo en el tiempo adecuado, lejos de ayudar puede ser perjudicial o bien, se puede dejar pasar tiempo importante para tomar las acciones debidas para una adecuada defensa, en caso de ser necesario acudir a tribunales. 

Así que si ya le cayó el Chahuistle a su contabilidad, emprenda las acciones que le permitan resolver de mejor manera esta contingencia que es normal en la vida empresarial.

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